Viviana Sorensen, B.SW, M.SW, AMHSW

Hablemos de nuestros Apegos

El amor, y nuestras necesidades emocionales primarias.

¿Cómo te sentirías si te dijera que la calidad del vínculo que desarrollaste con tus cuidadores/padres en tu infancia, y las experiencias de afecto que recibiste cuando eras un bebe/niño/a todavía influyen tres áreas importantes de tu vida:

  1. La manera en que te ves a ti mismo y el valor que sientes que tienes en relaciones,
  2. El tipo de persona al que te sientes atraída o con quien te casas y,
  3. La forma en que podrías criar a tus hijos?

El apego es un vínculo afectivo, intenso y duradero que primero se forma con nuestros cuidadores/padres, creando un ‘patrón’ neurológico para futuras relaciones amorosas y afectivas. La Neurociencia nos ha ayudado a entender, que este vínculo tiene una razón biológica: sirve para mantener al bebé cerca de la madre, incrementando así las posibilidades de supervivencia del infante.

La teoría del apego es una teoría psicológica y evolutiva sobre las relaciones íntimas. Su principio más importante, es que los niños pequeños necesitan desarrollar una relación con al menos un cuidador principal para un desarrollo social y emocional adecuado, pero resulta que la calidad de esas relaciones puede moldear nuestro cerebro y continuar influyendo inconscientemente en la forma en que nos relacionamos con otros, incluso en nuestra edad adulta.

No podemos discutir la teoría del apego sin mencionar la técnica de la situación extraña desarrollada por Mary Ainsworth (colega del prionero del apego, John Bowlby). Este experimento (todavía muy practicado) mide los estilos de apego infantil, al observar y categorizar las respuestas de los bebés a extraños y cuidadores: involucra a un cuidador que lleva a su hijo a una habitación con un extraño. En algún momento, el cuidador se va y luego vuelve a entrar. El estudio mide cómo reacciona el niño cuando su cuidador regresa (puedes encontrar muchos videos que demuestran este experimento en YouTube).

Según la teoría del apego, existen cuatro estilos básicos de apego,uno seguro y tres inseguros:

1. Apego Seguro

Los niños que tienen un apego seguro son generalmente felices y confiados. Están apegados a sus padres o cuidadores y disfrutan estar con ellos, pero son lo suficientemente seguros como para explorar el mundo y poner a prueba su independencia. Creen que las personas son confiables y seguras.

Los adultos con apego seguro tienen confianza en sí mismos y naturalmente buscan relaciones respetuosas y saludables.

Los padres con apego seguro tratan de mantener equilibrio: pueden regular sus emociones, son cariñosos, sintonizados y seguros y al mismo tiempo implementan límites saludables.

2. Apego Ansioso-Ambivalente

Un estilo ambivalente en la infancia se caracteriza por altos niveles de ansiedad e inseguridad por inconsistencia paternal. Los niños con este estilo de apego pueden parecer angustiados y con mayor frecuencia buscan la atención de sus cuidadores, pero pueden rechazar esa atención cuando se les ofrece. También pueden ser particularmente cautelosos con los extraños.

Los adultos ansiosos- ambivalentes son generalmente ansiosos en relaciones y aunque no lo digan, no se sienten merecedores de amor y afecto.

Los padres ansiosos – ambivalentes les cuesta confiar en sí mismos y, a menudo, transfieren sus miedos y ansiedades al niño.

3. Apego Evitativo

Los niños con un estilo de apego evitativo pueden ser emocionalmente distantes, a menudo prefiriendo jugar e interactuar con objetos en lugar de personas. Pueden desconfiar del contacto físico como abrazos y caricias. Un niño con un estilo de apego evitativo a menudo muestra signos tempranos de independencia, queriendo hacer las cosas por sí mismo en lugar de buscar ayuda de sus padres u otros adultos.

Los adultos evitativos son alrededor del 20% de la población. Son hiper independientes y evitan la vulnerabilidad y la cercanía emociolan a toda costa.

Los padres evitativos les cuesta estar presentes y emocionalmente disponibles para sus hijos. A menudo tienen un papel pasivo y distante en la vida de sus hijos.

4. Apego Desorganizado:

Los niños con un estilo de apego desorganizado a menudo parecen tener dificultades para controlar sus emociones. Pueden mostrar ira y un comportamiento errático, pero es probable que parezcan deprimidos, retraídos e insensibles también. El apego desorganizado es el resultado de experiencias que causan terror. El cerebro del infante quiere huir del cuidador, y al mismo tiempo quiere correr hacia a él por protection, creando contradicción neurológica y disociación.

Los adultos desorganizados tienen un sentido interno fragmentado de sí mismos. Sienten que no obtienen mucho de las relaciones amorosas, por lo que pueden volverse controladores mientras evitan mostrarse vulnerables.

Los padres desorganizados asustan tanto a sus parejas como a sus hijos.

Los últimos tres estilos indican que los niños y adultos pueden tener la creencia de que las personas en general no son dignas de confiar.

Quizás ahora te estés preguntando ¿cómo se desarrolla cada estilo de apego, y que puede generar los estilos inseguros?

Desde un punto de vista conductual, social y cultural, primero debemos entender las situaciones que conllevan a un apego seguro:

Cuando tenemos a un cuidador/padre que es consistente, calmado, confiable y en sintonía con nuestras necesidades básicas y emocionales, recibimos muchas experiencias diarias de cuidado que nos permiten confiar en ese cuidador: nos cambian el pañal, nos acurrucan para dormir, juegan con nosotros, nos dan de comer apenas lloramos, buscan atención médica si las necesitamos, etc. Mientras que lo opuesto, es un cuidador/padre que es inconsistente, distraído y abrumado, que a veces responde bien a tus necesidades, y a veces no. (Este tema tiene mucha tela que cortar, y les prometo futuros blogs enfocados en cada estilo de apego con mayor profundidad y detalle).

Pero ¿Por qué un cuidador/padre sería inconsistente, sí todo el mundo ama a sus bebés? quizás estes pensando…

Generalmente el estar ‘distraído/abrumado’ en la crianza, no es una decisión consciente. Hay factores externos que influyen en nuestra capacidad de proveer una crianza consistente, calmada, confiable y en sintonía con las necesidades básicas y emocionales de nuestros bebés, como:

  • Inestabilidad financiera, emocional, o física,
  • Trastornos de salud mental no tratados (depresión, ansiedad, etc),
  • Traumas no resueltos,
  • Prácticas culturales que no tienen incorporados hallazgos neurocientíficos actuales (crianza tradicional vs. crianza respetuosa),
  • Predisposición genética,
  • Nuestros estilos de apego generacionales.

¿Qué sugiere la teoría del apego?

Que la calidad de la crianza que recibimos en los primeros años de nuestra vida, definirá y moldeará:

Ee desarrollo infantil del cerebro

–Estamos programados para el apego; cuando una madre y un niño interactúan, el cerebro del niño y la madre se reflejan mutuamente y entran en un estado de coordinación neurológica super importante para el desarrollo social y emocional. El apego inseguro tiene un impacto significativo en esta coordinación cerebral, conllevando a dificultades emocionales y sociales.

– El apego seguro permite un equilibrio en nuestro sistema nervioso autonómico que nos ayuda con nuestra capacidad de mantener la calma y la mente clara. Esto quiere decir que tu sistema nervioso y cerebro puede regular emociones en situaciones incómodas y no placenteras con mayor facilidad, permitiendo una sensación de calma y claridad.

Nuestras relaciones amorosas

– Tenemos un ‘patrón’ neurológico de apego que inconscientemente utilizamos en nuestras relaciones íntimas. Este patrón neurológico es el mismo que experimentamos cuando éramos bebés con nuestros cuidadores.

-La buena noticia es que este patrón puede cambiar con el tiempo porque nuestros circuitos neuronales son ‘plásticos’ y pueden ser modificados. Sí eres una persona con un estilo de apego ansioso/ambivalente, no significa que no puedas trabajar para convertirte en un adulto con apego seguro.

Nuestro estilo de crianza

-Las experiencias de crianza que hemos recibido, se encuentran incrustadas en nuestro sistema límbico, nuestro subconsciente, y el sistema nervioso autónomo. Esto se convierte en un patrón inconsciente para nuestras propias prácticas de crianza.

-Nuestra capacidad para sintonizarnos, autorregularnos y calmarnos a nosotros mismos y a los demás, está muy influenciada por las experiencias de co-regulación que tuvimos en la infancia y nuestros patrones neurológicos. (la neurodiversidad puede influir en nuestro apego, capacidad de autorregulación y nuestro procesamiento sensorial).

-Cuando somos padres, nos volvemos muy vulnerables. La forma en que nos vemos a nosotros mismos como padres está fuertemente influenciada por nuestro estilo de apego.

Conclusiones importantes para recordar:

  • Los estilos de apego son estables, pero plásticos. El cerebro continúa remodelándose en respuesta a diferentes experiencias a lo largo de nuestras vidas. Hallazgos recientes en neuroplasticidad sugieren que relaciones saludables y de apego seguro pueden estimular una nueva activación neuronal e incluso eliminar el legado sináptico de experiencias negativas de la infancia.
  • Es posible desarrollar un apego seguro en la edad adulta, incluso frente a una infancia difícil. Las experiencias temprana influyen el desarrollo del cerebro, pero no es una centencia de vida: las experiencias terapéuticas pueden alterar profundamente la trayectoria de vida de un individuo, y permitir la sanación de nuestros apegos.
  • Las características esenciales de una relación terapéutica reflejan los procesos de apego seguro de muchas maneras. Un profesional informado y especializado en el trauma y el apego a menudo facilita un apego seguro con límites profesionales y oportunidades para el desarrollo de habilidades emocionales como la co-regulación y la auto-regulación.
  • Tener una figura adulta de apego seguro es la base fundamental de la regulación emocional. Si tienes eso, tu capacidad para regular tus emociones va a ser mucho mayor. Afortunadamente para muchos, un apego seguro no tiene que necesariamente ser proveeido por tu mamá/papá. Puede ser cualquiera persona segura, compasiva y constante en tu vida.

Sí después de aprender acerca de la maravillosa teoría del apego, te estarás preguntando…

  • ¿Cómo puedo saber con certeza cuál es mi estilo de apego?
  • ¿Cómo empiezo a trabajar para desarrollar un apego seguro conmigo, y con otros?
  • Mi hija/o ya tiene más de 3 años…. ¿Hay algo que pueda hacer para asegurarme de que los estoy criando con las premisas adecuadas para desarrollar un apego seguro?

Es posible que te pueda ayudar con algunas de estas preguntas, pero tendrás que esperar un poquito mas mientras trabajo en los siguientes blog posts (una vez que estén publicados, sumaré los enlaces a este post), o puedes contactarme para una sesión terapéutica.

¡Gracias por leerme y aprender sobre el apego conmigo!
Soy una psicoterapeuta y trabajadora social clínica que trabaja en el Gold Coast, Australia, con mujeres, niños y familias. Pero más allá de cualquier especialización y título, ¡soy un ser humano como tú, tratando de vivir una vida plena y segura!

Sé amable contigo mismo/a mientras navegas nuestro Enfoque Terapéutico.
Te envío compasión y fuerza,

Viviana.

 

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